jueves, 30 de octubre de 2008

Un poco de historia

En el momento de intentar contar un poco sobre mí no puedo evitar acordarme de una amiga (aunque mas de una vez me dijo a la cara que no lo era) que siempre me decía la frase: -cuéntamelo todo- y esto me hace recordar uno de los momentos de la película "aterriza como puedas", en la que el director del aeropuerto pedía explicaciones y uno de los empleados comenzaba diciendo: -al principio estaban los dinosaurios, despues hubo un cataclismo y entonces...-

Pues bien, mis inicios tuvieron lugar en un pueblecito de Huelva llamado Ayamonte (pueblecito cuando nací y que ahora se puede considerar una ciudad, aunque para mí siempre será el pueblecito de siempre, eso si, sin "la huerta", sin la "era de los enamorados" y ahora hasta con una "zona azul"). Ayamonte es un gran sitio, para algunos es incluso una "tierra prometida", tiene una temperatura genial, tiene playa, tiene unas calles cojonudas y es un pueblo muy bonito, no lo niego. Lo que pasa es que siempre opiné que, con el tiempo, se iba llenando de gente e iba perdiendo su tranquilidad. En verano mi pueblo se llena de turistas de casi todos los lugares, lo que le da muchísima vida en diversos campos. A mí, personalmente, nunca me gustó demasiado que se llenara de gente, básicamente porque llegué a pensar que, durante todo el año, en Ayamonte sobraba gente (no me malinterpretéis, me refiero a ese tipo de gente que es un tanto "molesta" o, por decirlo de otra forma, que viene a tocar los cojones a los demás) y en verano, por lo tanto y teniendo en cuenta el crecimiento demográfico que experimenta en esta estación, sobra muchísima gente. Es solo mi opinión, creo que la mayoría de los habitantes de mi pueblo se alegran bastante cuando ven tanta gente y tanto movimiento en la localidad (de los dueños de negocios mejor ni hablo).

La verdad es que no se muy bien en que momento colocar los principales cambios. Había terminado mis estudios (mas bien había terminado lo que estaba dispuesto a estudiar en ese momento) y mi experiencia laboral iba desde haber sido un heladero o mas bien dependiente de heladería (que incluía la limpieza del váter del local) a ganarme la vida como dependiente/técnico/instalador/configurador del campo informático (aunque mas de una vez me tocó venderle una lavadora o un televisor a alguna pareja de ingleses que habían decidido convertirse en ayamontinos) pasando por el apasionante mundo de las tareas administrativas (como técnico superior en administración y finanzas que soy). Llegó el momento en el que mi jefe tenía que plantearse el hacerme fijo o despedirme y fue ahí cuando elegí irme a otra ciudad a probar suerte, a investigar sobre la forma de vida en otra ciudad, a conocer un poco mas de las fronteras, a vivir por mi cuenta lejos de papá y mamá... y de paso a visitar a mis mejores amigos, que habían decidido volar mucho antes que yo y de los que tenía muchísima envidia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Desahogate cuanto quieras ;)