miércoles, 26 de noviembre de 2014

Privilegio comercial

Cuando compras algo en un comercio como en el que yo trabajo tienes una serie de "privilegios" o costumbres asociadas al mismo que hacen que tu condición de cliente se vea favorecida. Frases como "si no queda satisfecho le devolvemos el dinero" son un atractivo a la hora de comprar o aprovechar durante un tiempo prudencial un producto en cuestión. Eso es lo que diferencia unos comercios de otros, el hecho de poder devolver un producto sin tener que buscar una excusa, aunque no todo el mundo sabe hacer un uso correcto (y honrado) de un privilegio así. 

Ejemplos hay muchos, tipos de clientes también, pero el comportamiento de una persona se intuye por algunos comportamientos que lo delatan y es mas fácil de lo que parece saber quien actuará de una u otra forma (cosas de la experiencia, supongo). 

Un cliente se acerca a ti y te pregunta por una vinoteca. Una vinoteca, un armario con un ventilador que no enfría y que es, como su nombre indica, para guardar el vino a una temperatura entre 10 y 20 grados. Le das una explicación para quitarles de la cabeza la idea de que es un frigorífico pequeño. Es mas, una de las frases que utilizas para definirla es: -No es un frigorífico, no enfría, mantiene la temperatura óptima para el vino pero sin enfriarlo.- El cliente puede insistirte en que le gustan las cervezas a 20 grados o puede que quede convencido de lo que es y lo compre. Una vez que termina tu asesoramiento e incluso ayudas a montar en el carro del cliente el armatoste guardavinos saltan las alarmas, cuando te lanzan la pregunta: -¿Cúanto tiempo tengo para devolverlo?-

Miras el calendario y ves que es 21 de diciembre, el ticket dice que tienes 15 días para hacer cambios o devoluciones y dentro del margen están nochebuena y nochevieja. Tienes muchísimas probabilidades (por no decir todas) de que te lo devuelvan pasadas las fiestas y, para quitar un poco de hierro al asunto, terminas diciéndole sin perder la sonrisa y en un tono chistoso: -Tienes 15 días y siempre que todo esté en perfecto estado. Si estamos a 21 puedes usarlo en nochebuena y nochevieja y despues devolverlo- La cara del cliente delata sus planes pero, independientemente de que le has pillado, te insiste en que no lo compra con esa idea. Tu no borras la sonrisa y agradeces su compra.

Llega el día 3 de enero, al cliente se le ha acabado el vino y tu tienes una vinoteca usada pendiente de devolver al proveedor porque el motivo de su devolución no es que no funcione o que no le guste, sino que no enfria como debería.

El caso de la vinoteca se ve venir, por una parte porque el precio de una de estas oscila entre los 40 y los 1.000 €. Evidentemente, la persona que busca una vinoteca porque le va a dar uso durante todo el año es alguien amante del buen vino, con botellas de renombre en casa y que, si quiere cuidar su vino en condiciones, no se va a gastar menos de 100 € en un aparato de gama baja que pueda darle un mal resultado a la bebida.

Otros casos son los que dan rienda suelta a la imaginación. Situaciones curiosas y cómicas para representar una excusa y que el cliente se lleve un gesto de asentimiento o de darle la razón al cliente. El primer paso es llegar al mostrador y entregar el producto a devolver, el segundo es responder al motivo de la devolución y el tercero es aguantar la compostura mientras se comprueba que el contenido esté completo. Este tercer paso es el que muchas personas no se esperan, consiste en comprobar que todo está en su sitio y que los números de serie coincidan. 

Y a veces es así, en un intento de colartela te traen algo con un número de serie diferente y al comprobarlo se lo dices al cliente que puede optar por la estrategia, poco usada, de agachar la cabeza y desaparecer o por, la mas exitosa y usada, estrategia de montar un pollo en el mostrador y recurrir a la reclamación (todo gritando, claro) que se ve acompañada de una bajada de pantalones global y la satisfacción de todos y cada uno de los deseos carnales del consumidor.

Si los números de serie coinciden no deberías llevarte sorpresas porque el producto no llega a ser usado por el cliente, o eso dicen. Es cuando aparecen planchas con el depósito lleno de agua, máquinas de afeitar y depiladoras con los restos de pelo del usuario, radiocassetes (si, hay quien compra radiocassetes en el año 2014) con restos de cinta enrolladas, freidoras grasientas. cafeteras con la cápsula vacía en el depósito, envasadoras al vacío a las que les faltan la mitad de las bolsas, aspiradores con la bolsa o el depósito llenos y hasta videocámaras con algún evento personal del cliente gravado aún en la memoria interna de la misma.

No diría la verdad si no afirmara que hay productos que vienen en perfecto estado, pero tampoco sería del todo cierto que hay motivos de devolución que son, como poco, originales: Cortafiambres devueltos porque se tragan las lonchas que cortan, secadores que no son del todo "irónicos", televisiones incapaces de encontrar canales de otra parte del planeta,  teléfonos inalámbricos que tienen que conectarse a la linea telefónica, etc. Lo mas curioso es que, en la mayoría de los casos, una simple frase valdría para realizar la devolucíón sin pedir mayor explicación: -No es lo que esperaba-

jueves, 20 de noviembre de 2014

Pánico

La vida pasa y te das cuentas de las reacciones del ser humano. No todas las personas son iguales y no todas saben afrontar las situaciones del mismo modo. Lo que a algunos les parece gracioso a otros les parece una tontería. Incluso puede que seas gracioso para los demás y que, en los momentos de soledad, no seas capaz de encontrar esa comedia que despertaba las risas en el resto. 

Tras una serie de acontecimientos me doy cuenta de que hay algo que nos encanta y que no nos importa soltar sin comprobación previa. Somos amantes de los chismes, los rumores, los bulos, las leyendas urbanas, los mitos y las leyendas. Nos encanta innovar para mal, convertir un canto rodado en un menhir. No se por qué no hay inversiones I+D en patio de vecinos, la verdad.

En lo que no perdemos el tiempo es en comprobar la información, contrastar la veracidad de lo que nos dicen. Incluso intentaremos propagarla para que llegue a la mayor cantidad de gente posible, aunque no sea verdad lo que decimos. Lo mas curioso es que, al propagar la información, lo haremos persona a persona y en voz baja, como si el secreto no fuera a compartirse mas.

Si fuera un pensamiento propio podríamos decirlo sin problemas, una opinión es solo eso, pero somos precipitados y aventureros para asegurar que lo que decimos es de primera calidad y que nuestra profecía está cumpliéndose. El extremismo llega a niveles tales que llegamos a creérnoslo todo, sin rechistar, sin cuestionarnos nada... pero al fin y al cabo ni siquiera nos importa.


martes, 28 de octubre de 2014

El principio del fin analógico

Corría el año 1999, éramos un poco mas ignorantes y, por lo tanto, mas felices. La televisión digital era solo para los privilegiados que tenían el "Canal +" y pensaban que se debía a que la señal viniera de grandes invenciones como el "Hispasat" o el "Astra", por eso mismo habían agujereado sus terrazas y balcones para poner una paellera orientada hacia el espacio. Algunos incluso procuraron que estuvieran en un lugar visible para ser la envidia de sus vecinos. 

¡Qué grandes momentos! Podíamos ver la "FOX" y ser testigos de repeticiones (si, ya había canales que repetían episodios antiguos) y reposiciones de nuestras series de infancia, para que digan que Steve Urkel ha pasado de moda. Y ser tan privilegiados como para ver el final de la primera temporada de "LOST" en primicia. Solo algunos conocedores de las posibilidades de la red se preocupaban en recopilar sus series favoritas o en capturarlas para despues compartirlas con el resto de usuarios al margen de leyes que aparecerían en el futuro condenando esos mismos hechos.

Un día nos llega un rumor, una supuesta noticia, algo que nos parece innovador y, aunque no lo entendamos del todo, revolucionario posiblemente porque visitamos esas webs tecnológicas que tanto nos gustan y nos ayudan a presumir de conocimiento entre nuestros compañeros de estudios o trabajo. Se avecina un cambio en la forma de ver las cosas, vamos a ver píxeles por todas partes, la calidad de imagen será nítida como la de un DVD y no hará falta una parabólica. Llegó la hora de olvidarse de ver canales con interferencias o lluvia y veremos así todos los canales de televisión y otros nuevos que se irán añadiendo.

En un primer momento la reacción fue la misma que tiene un perezoso en medio de la jungla cuando se entera de que Punset va por ahí buscando problemas, es decir, nos la soplaba a todos. El tiempo pasó y en un margen de tiempo inferior al año debíamos estar preparados para dar un paso hacia el futuro de las emisiones televisivas. Fue entonces cuando llegó el momento de que cundiera el pánico porque la caja tonta no nos iba a servir para nada. Comenzaba así la cruzada por la actualización hacia el TDT. 

Antes de dar el paso nos dedicamos a observar. Nuestro vecino, si, ese al que conocen todos en el pueblo tiene que saber lo que hay que hacer y, ya que nuestros amigos no tienen ni pajolera idea o no se ofrecen a arreglarnos lo de la tele en casa, nos tendremos que buscar la vida. Así que nos decidimos a hacerlo, si, vamos a... ver lo que hace el vecino sin preguntarle y despues de eso copiaremos e incluso mejoraremos su hazaña. Vaya, parece que está ampliando la altura de su antena. Bueno, pero si acaba de montar otra antena orientada en el otro sentido. ¿Esa extraña caja? Si, debe ser un amplificador de señal, tiene su lógica, con ese artilugio la señal de televisión se verá reforzada y se verá mejor, claro. No te aventuras en pensar la inversión que todo eso supone, te da dolor de cabeza y de cartera también.

Y, entre tus indecisiones, tu falta de ganas y el no saber por donde empezar, al final resulta que te ha pillado el toro. No sabes si ir a comprarte una tele nueva o dedicarte a la lectura. Y al final del todo terminas haciéndote con un TDT, el mas barato porque sabes que no te va a funcionar sin poner 2 antenas a 50 metros de altura y que venga el antenista a sacarte los cuartos por algo que tu no harás bien. Pero eres un hombre de buenas costumbres y, antes de llamar al técnico, te gusta comprobar que lo que has comprado funciona bien, supongo que con la idea de poder quejarte al antenista si no se ve la tele despues. Abres la caja del aparato y quizás sea la primera vez que te lees un manual de instrucciones, no hay mucho que leer (por suerte) y solo hay un par de conexiones bastante lógicas que hacer. Cable de antena al aparato, euroconector a la tele y enchufe eléctrico. El primer mensaje te pide buscar canales y, en realidad, ni siquiera lo lees porque aunque hayas perdido el tiempo en leer el manual te limitas a pulsar la tecla OK sin pausa y con mucha prisa. Aparece una barra de progreso en pantalla y permaneces a la espera por si explota, derrumbando la casa encima tuya y librándote de la agonía por la que pasas. Pero no es así, el proceso llega al 100% ¡y tienes canales que ver!

Eres el rey del mundo, tu solito te has currado todo y hasta te atreves a clamar al cielo bien fuerte para que lo escuchen tus vecinos: -¡Chúpate esa, Bill Gates!-   
Si no fuera porque "facebook" no existe lo pondría en mi muro, no te habías sentido tan realizado desde que configuraste tu correo electrónico en "outlook".

Y ese es tu momento de gloria, que dura hasta que quedas para tomar algo con tu mejor amigo y, esperando ansioso para presumir de tu hazaña, sentado en el salón de su casa, frente a su televisión te da por mirar el cable de antena que sale del aparato. Sube por detrás, se enreda en el tirador de un mueble y acaba en.... UN TENEDOR! Es entonces cuando te das cuenta de quién es el auténtico rival de Bill Gates.

domingo, 5 de octubre de 2014

Rutina de Trabajo

Mi jornada laboral tiene algunas variables horarias curiosas. Puedo estar en jornada de mañana, de tarde o tener Horarios Ampliados (HA), también conocidos como Happy Days. Un HA consta de una jornada de 10 horas y media que pueden iniciarse a mediodia o a primera hora de la mañana y cuentan con una hora intermedia para comer. Normalmente estas jornadas ampliadas suelen darse cuando un horario coincide de forma que alguna hora de la jornada condiciona menor personal en un departamento, digamos que para compensar la atención al cliente o para fastidiar al empleado que sea. En las fechas navideñas se acumulan con mas frecuencia y es bastante común encontrarte con 3 dias de esta jornada seguidos, lo cual es bastante agotador teniendo en cuenta la mayor afluencia de gente al comercio. Aún así, hay momentos coincidentes con alguna promoción o con las vacaciones del compañero que esté en el turno opuesto que hacen que te encuentres con este horario especial por sorpresa.

Con la aparición de estas jornadas en días consecutivos y el cansancio acumulado llegan a provocar sin ningún tipo de dudas apatía o desgane que hace que la conducta del empleado no sea la ideal. En mi caso intento hacer uso de la ironía, ... por no llegar a las manos o a hacerme el sordo, que sería otra opción coherente.
 
Tener un surtido de productos fijo hace que tengas medio ensayado un guión en el que basarte en función de lo que el cliente pida. Para lavadoras se preguntan por los kilos de carga y revoluciones, para frigorificos medidas del hueco o aparato, para vitrocerámicas y hornos funciones añadidas o específicas, para televisiones pulgadas y funciones adicionales. En el caso de los ordenadores hay bastantes mas cosas que preguntar e incluso puedes aventurarte aconsejar algo en función al uso que se le vaya a dar. 
 
Parece bastante sencillo, en función a lo que el cliente pida se le ofrece lo que tienes mas ajustado a sus posibilidades.

A la hora de la verdad, delante de un cliente, cara a cara te acercas y preguntas: -¿Qué está buscando?- La respuesta mas clara que te darán será a esa pregunta, no hay lugar a error, y te responderán el aparato que están "dispuestos a comprar". Y aquí es cuando, tanto tu como el cliente, os dais cuenta de que faltan datos. Normalmente hay alguna medida o característica que se ha obviado, bien sea por ignorancia o por descuido. No es tan importante, se puede asesorar sin medidas, echar un vistazo, comprobar alternativas o comparar y apuntar para una segunda visita... aunque también están los casos "especiales".
 
Y es que, a base de experiencia, hay a quien se le ve venir de lejos. Los comportamientos suelen repetirse y hay situaciones que no cambian.
 
Atendiendo a alguien, otra persona se te acercará y te dirá: -Perdona, una preguntita.-
Cuando haya una cola de personas esperando a ser atendidas alguien te preguntará si tiene que hacerla, estarás hablando con un cliente para que otro se quede detrás tuya aunque tengas a 3 compañeros libres sin hacer nada, habrá quien te diga que te esperan para que los atiendas donde ellos quieran aunque los 3 compañeros de antes sigan libres, algunos vendrán directos a ti aunque estés ocupado preguntándote si en esa zona no hay nadie para atender, te preguntarán por descuentos e insistirán en ser grandes clientes que compran todo ahí con el fin de que les regales algo. 
 
Pero nada superará mi momento irónico favorito, cuando alguien se te acerca y te pregunta eso de -Perdona, ¿trabajas aquí?- es como si no importara que vayas de traje, curiosamente como el resto de tus 20 compañeros, en pleno verano, misma camisa, misma corbata y hasta mismos zapatos y con el insignificante detalle de una chapa a la altura del pecho izquierdo en la que se puede leer el nombre de la empresa precediendo al tuyo propio. Lo mas curioso de todo es que anteriormente, cuando cada uno llevaba su propio traje y lo único que teniamos en común los empleados era la placa identificativa, nadie te hacía esa pregunta. 

sábado, 27 de septiembre de 2014

Teoría de los 6 grados de Salby

Quizás hayáis oido hablar de la teoría de los 6 grados de separación de Kevin Bacon. Para los que no la conozcáis podéis preocuparos en buscarlo en google pero a grandes rasgos es algo así como que el actor tiene una relación encadenada con cualquier actor del mundo, es decir, que cualquier actor puede haber coincidido o trabajado con alguien que ha trabajado con Kevin Bacon o con alguien que haya trabajado con Kevin Bacon o con alguien que haya coincidido con alguien que haya trabajado con alguien que haya trabajado con Kevin Bacon. En realidad la alternativa de esta teoría que incluye a Kevin Bacon no es mas que una variante para hacerla algo mas atractiva, puesto que la teoría original se basaba en que todas las personas del mundo podían relacionarse mediante algún vínculo presencial tal y como comentabamos antes.

Pues bien, la alternativa que planteo aquí, aunque no tiene demasiado que ver con lo que se lee mas arriba, es algo así como el vínculo que se puede establecer entre un personaje, actor o nombre ficticio o real de una obra o evento de la misma naturaleza con otra situación que no debería tener relación alguna. Principalmente se pone a prueba en el mundo del séptimo arte y se basa en hacer gala del conocimiento del mismo con el fin de encasillar a uno o varios actores dentro de sus carreras o personajes mas relevantes. Esto, unido a la habilidad que poseemos algunos para saltar de tema sin previo aviso y llegando a olvidar el origen de una conversación puede convertirse en un arma de destrucción masiva taladracerebros de finalidad intrínseca y que no conduzca a nada pero sirva como muestra del nivel de friquismo del que lo expone.

Ejemplo:

Mel Gibson, despues de haber "luchado" por uno de los derechos fundamentales como es la libertad, con media cara pintada de azul y enseñando el culo al enemigo. Lo que no sabían los escoceses es que podía oir lo que pensaban las mujeres. Si, tuvo un altercado relacionado con tomarse un par de whiskys medio vestido de mujer mientras le alcanzaba un rayo. De todas formas, el amigo Mel ya estaba acostumbrado a sufrir, por una parte por tener que escuchar hasta la saciedad a Tina Turner mas allá de la cúpula del trueno y por otra parte por tener que estar aguantando a Danny Glover con su cantinela de jubilarse. El prejubilado de Danny ya tenía otras preocupaciones aparte de tener que estar lidiando con el peligroso mundo del crimen, pero es lo que tiene que quieras cambiar de vida despues de haber pasado tanto tiempo paseando a Miss Daisy, es mas, despues de jubilarse no se le ocurrió otra cosa que investigar sobre un asesino que planteaba acertijos a sus victimas para que apreciaran su propia vida, lo que no es extraño despues del trauma que pasó cuando vio un anuncio televisivo en el que su hija anunciaba condones y que vió toda la comisaría de policía, incluido el propio Mel. Aún así el hijo de Mel salió peor parado cuando fue secuestrado por un veterano de guerra obsesionado con los calcetines y que perdió sus piernas en Vietnam aún siendo salvado de una muerte segura por Tom Hanks. Y lo mas curioso es que aún perdiendo las piernas, secuestrando al hijo de Mel e incluso viajando al Planeta Rojo lo metieron en el C.S.I. para que se dedicara a la investigación forense. ¿Cómo puede ser policía un tio que secuestró al hijo de Mel Gibson?
El que lo tuvo un poco mas complicado fue el hijo de Tom Hanks, todo el día escuchando a su padre hablar sobre Jenny y con ganas de darle una colleja para que hablara mas rápido. No me extraña que en ocasiones viera muertos, el pobre debería estar amargado y mas aún cuando cuando su padre estuvo en paradero desconocido y se hizo amigo de una pelota de voleybol. Aunque si lo pienso un poco peor lo tenía Bruce Willis, que tuvo que hacer de psicólogo del chaval estando mas frito que las patatas del McDonalds. Terminó de haber estado salvando la ciudad de Nueva York con una camiseta de tirantas y cada vez con menos pelo y haber viajado en el tiempo para intentar luchar contra el ejercito de los 12 monos, con lo fácil que era robar cuadros controlando el tiempo con canciones en lugar de ver como un estrábico Brad Pitt se volvía loco, supongo que derivado de nacer viejo e ir haciéndose joven con el paso de los años. No me extraña que terminara derivando en una doble personalidad insomne, fabricando jabones y fundando un club clandestino de peleas callejeras. Eso si, no se quien sería capaz de pelearse con su otro yo, que podía perder los nervios y convertirse en Hulk. Es lo que tienen los personajes de Marvel, puedes tener un nombre guay como Hulk, Lobezno o ¿Constantino? Bueno, es un nombre despues de todo y no tiene tanta importancia si además de luchar contra las fuerzas demoniacas te liberarás de una simulación generada por ordenador traducida a caracteres verdes que caen en cascada y liderarás a la raza humana en su cruzada contra las máquinas que nos usan como abastecimiento energético.

Fin del ejemplo.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Conocimiento

Hay cosas que escapan del alcance de cualquier ser humano. No tenemos por que saber la razón de muchas de las cosas que nos suceden cotidianamente pero, aún así, no podemos evitar preguntarnos por el origen de unas cuantas situaciones. 

Vas por la calle, te sientas en un banco y se te acerca un perro, un amistoso chucho que te acerca el morro y mueve la cola. En algún momento alguien que no recuerdas te ha dicho que cuando mueven la cola es porque su intención es buena y por eso te decides a acariciarlo, olvidando a esa otra información mental que hace referencia a las enfermedades, pulgas, suciedad y otros probables males que también están presentes. ¿Qué más da? Has hecho un amiguito. Desde una leve caricia en su cráneo pasas a hacer suaves masajes por su cuello hasta su lomo, incluso acercándote a su morro como si pudieras darle un beso o un lengüetazo, que es lo que supones que es un beso para el cánido. Toda la magia de la amistad queda asentada, nunca mejor dicho, cuando tu nuevo amigo se sienta a tu lado a disfrutar del tu compañía... Y es entonces cuando ves cuando ese morro que ha estado lamiéndote es el mismo que usa para lamerse el pijo... Es posible que hayas compartido menos fluidos con una novia que con él. Pero ya es tarde, es mejor que no lo pienses y ni te plantees el por qué de esa reacción animal, aunque un buen consejo es que cuides tu aliento y que te laves mejor los dientes a partir de ahora.

No sabes que comer hoy y decides ir al supermercado. Como tu dieta se reduce a cuatro cosas que se repiten con demasiada frecuencia te aventuras en adentrarte en la zona que desconoces completamente, aunque acompañabas a tu madre de pequeño pero nunca se te ocurrió prestar un poco de atención en lo que hacia. Estoy hablando de la pescadería, con un olor fuerte y un ambiente húmedo acompañado de un surtido amplio de productos. La mayoría de los nombres te suenan a...  a... a nada, no tienes ni idea de que es lo que vas a decidir comprar ni de lo que vas a hacer después con eso. Mientras esperas tu turno intentas hacer un cursillo intensivo basado en observar al cliente más cercano e intentar no arriesgar en algo que después conserves en la nevera hasta que tengas que tirarlo. Llega tu turno y decides el nombre que mejor te suena: merluza. No sabes bien si lo pides por alusiones a tu necedad o porque has pasado la mayoría de las cenas de adolescente acompañando al Capitán Pescanova. Y el momento de gloria viene cuando la pescadera agarra la pieza delante tuya por la cabeza y le da la vuelta a las agallas, branquias o lo que quiera que sea, porque tampoco sabes llamarlo por su nombre, demasiado es que decidas comer pescado. Te las enseña esperando el visto bueno antes de prepararlo y tu ¿qué haces? Pones una mirada que mezcla haber chupado un limón, tener orígenes orientales y que un rayo de sol te deslumbre a las 7 de la mañana de un domingo saliendo de un bar porque saliste el sábado a tomarte una cerveza. Eso si, asintiendo con la cabeza, porque no tienes ni idea de el aspecto que tiene que tener lo que te acaban de enseñar. El resto de cuestiones ya ni te importan, ¿rodajas, en libro, quieres la cabeza para una sopa? Asentir es la respuesta. Llegarás a casa, enharinarás lo que quieras que has comprado y lo echarás a la sartén. Demasiadas emociones fuertes como para dudar del sabor. Y hasta presumirás ante tu madre diciéndole que hoy has comido pescado, aunque rezarás para que no te pregunte cómo lo has hecho.

Y así somos, sin saber del todo lo qué es mejor o con qué criterio se hacen algunas cosas, pero cogiendo los yogures de la segunda fila, la leche que caduca mas tarde (aunque 6 paquetes nos duren una semana) y procurando que una caja de un artículo esté en perfecto estado sin preocuparnos más de cómo esté en su interior.

Y llegara el momento en que seamos nosotros mismos los que demos las mismas explicaciones que se nos dieron y digamos cosas como: -si vas al baño, ten cuidado porque le he echado lejía-  ¿que pasa? ¿Tu madre pensaba que ibas a beber del váter o quizás te veía con ganas de bailar la lambada con él? 

Evidentemente todo tendrá su explicación lógica pero no será algo que aprendamos en la escuela y terminaremos confirmando las razones por la mayor base de conocimiento que existe: la experiencia.

domingo, 3 de agosto de 2014

Grill y potencia

Si tienes la suerte (mala, por supuesto) de encontrarte con un cliente bucle (o buckler, si viene bebido) ya puedes darte cuenta de que algo no va bien, estás atrapado. La definición es sencilla: repetición de cuestiones en orden indeterminado de forma que parezca que se trate de un juego de habilidad o resistencia.

En la práctica, la verdad es que no se ven venir, puedes tener un ligero pálpito que te augure algún tipo de anomalía vital, una perturbación en la fuerza o alguna reacción que denote la memoria de pez de la persona en cuestión.

Uno intenta ser profesional, siempre he dicho que soy un mal vendedor, intento orientar, me tomo el tiempo necesario y procuro compartir conocimiento y ser objetivo para dejar la decisión en manos de quien paga pero a veces sobra todo, a veces las personas solo quieren oir una cosa o ponerte a prueba.

Y es cuando estás frente a una pared llena de productos, da igual que se trate de artículos con diferentes carácterísticas o con las mismas, el momento "guatdefak" aparece sin avisar...

-Estoy buscando un microondas. Que sea de 20 litros-

Parece fácil ¿verdad? En realidad lo es, solo tienes que preguntar el color y la marca y creer como un iluso que te lo van a dejar todo preparado para que solo tengas que indicar cuál es la caja del producto. Pues no, en el caso de los microondas hay dos factores para generar el bucle.

El primero es el grill, si, esa resistencia superior que el cliente no va a usar nunca porque a la hora de la verdad un microondas tiene como virtud principal la de ser un calientaleches. Alguien estará pensando la otra utilidad del microondas: calentar los restos del 3x1 en pizzas que compraste el domingo y que te duran hasta el miércoles o, rizando el rizo, el que usa el grill porque hace macarrones con tomate para uno y gratina el queso, si, ese que le da uso al grill.

El segundo factor es la potencia, porque la potencia sin control dicen que no sirve de nada, pero todos le dan importancia. Y es que, sinceramente, nadie quiere que ese vaso de leche que vamos a calentar a las 8 menos cuarto de la mañana se quede frio si lo calentamos durante un minuto en el microondas. Y eso teniendo en cuenta que desde que hemos tenido la presencia del microondas en casa siempre lo hemos puesto a calentar durante un minuto sin saber que potencia teniamos.

Puestos los dos factores sobre la mesa vienen las definiciones. En mi caso todos tienen 800 W, desde el primero de la parte superior izquierda al último de la parte inferior derecha. Y sin darle importancia (de momento) al asunto del grill es el momento de que comience el ciclo, porque la frase -Todos tienen 800 W- no tiene cabida. Empezaré por el primero y se me preguntará por la potencia, en el segundo se me volverá a preguntar y en el tercero, a pesar de decir que la potencia de todos es la misma, se me preguntará de nuevo. Sólo podré poner el pilóto automático y llegar hasta el último producto contestando lo mismo, y es ahí donde se confirma el bucle, cuando se pregunta por el primero de nuevo... y por el segundo... y por el tercero... y cuando hemos dado 2 vueltas a todo se preguntará de manera aleatoria... y esto teniendo en cuenta dos características.

miércoles, 9 de julio de 2014

¿A qué huelen las backups?

Viajemos al pasado unos cuantos años, hasta Septiembre del año 2.003. Mis padres volvían de Canarias y traían un juguetito nuevo: una cámara digital. Una cámara de fotos sin carretes, de un tamaño reducido y una resolución inimaginable. Casi podía cogerse con una sola mano y sus 3,2 megapíxeles hacían que todo se viera mejor que con tus propios ojos. Los días eran mas soleados y el cesped mas verde y sano.

Desde ese día pasaban a un segundo plano asuntos como revelar carretes, enfocar bien o estar limitados a hacer 24 fotos de las que, con un poco de suerte, saldrían bien 18.

Durante mucho tiempo fue testigo de momentos inmortalizados, miles de imágenes tomadas y almacenadas en un almacenamiento informatizado sin preocupaciones añadidas. Fotos buenas, fotos malas, enfocadas, borrosas, al infinito, al horizonte, a la nada... y ahí estaban, en un disco duro, acumuladas.

El tiempo pasa y te preocupas en hacerte con máquinas de mayor resolución y continuar almacenando imágenes, videos e incluso anotaciones sonoras.

Y de vez en cuando oyes eso de gente que ha perdido todos los datos de su disco duro.

¿Sabéis eso que se dice de no ver el peligro hasta que algo ocurre?

Pues suele pasar... y a mi me pasó. Perdí todo. Todos los datos acumulados desde ese momento hasta ahora. No tuve preocupación en imprimir una sola imagen ni en subirlas a una nube, donde ahora mismo podría acceder sin problema. De hecho el asunto de la nube hacía plantearte por temas sobre la privacidad y demás, pero ¿qué mas me hubiera dado? Ahora mismo está perdida. 

Y ahora, pensándolo en frio y despues de todo, me doy cuenta de la función que tenían todos esos datos: ninguno real. Estaban ocupando espacio sin ser percibidos por nadie y esperando que la adversidad acabara con ellos.

Y es cierto eso de que las nubes no se pueden tocar pero a traves de una nube podría recuperar datos o pasar a papel esa selección con menos de la mitad del total que hubiera estado bien conservar.

Una foto perdida termina apareciendo. Un disco duro convertido en pisapapeles terminará en un punto limpio.

martes, 20 de mayo de 2014

Disfraces

¿Os habéis disfrazado en carnaval alguna vez? Mejor dicho ¿Os han disfrazado en carnaval alguna vez? Seamos mas precisos ¿Os han disfrazado en carnaval cuando érais pequeños?

Supongo que todos hemos pasado por ahí, llegan las fiestas de carnaval y eres el pequeño de la casa. Es cuando empieza la pequeña conspiración familiar contra tu joven e inexperta dignidad. ¿De que os queríais disfrazar de pequeños? Existen muchas respuestas válidas: Superman, Indiana Jones, Goku, cualquier ser respetado en tu mente, un ídolo, un animal.

Ni que decir tiene que cuando aún eres un indefenso niño con dificultades para andar el disfraz elegido no va a ser ninguno de estos, es mas, tus dificultades para andar, que no te permitirán huir se unen a tus dificultades para hablar y decir que no quieres disfrazarte de dálmata o, en algunos casos peores, de mariquita.

Pasan los años y adquieres un poco de habilidad en las dos características que no te dejaron huir o defenderte, es el momento de tener elección, o eso es lo que tu piensas. Se van acercando las fechas y es tu propia madre la que te "ofrece" alternativas y tu ¿en quién vas a confiar mas que en tu propia madre? Esa que te dió la vida y te dice: -Ya te he comprado el disfraz para estos carnavales!- Tu cara no puede ser mas expresiva, esta mujer está en todo, tu alegría hace que muestres una sonrisa de oreja a oreja aún sin saber el trapito que te va a tocar lucir... Estaréis pensando que no puede ser tan malo, que soy un exagerado, que soy un desagradecido teniendo en cuenta la gente que no se puede disfrazar o alguna frase terminada en "... al menos tienes trabajo".

La elección es un disfraz de arlequín, si, de arlequín, es mas, no tienes ni idea de lo que es un arlequín pero no dejas de sonreir durante días incluso llegando a presumir ante tus compañeros de clase por ese disfraz que será la envidia del cole. Y aquí es cuando empiezas a sospechar algo, no sabes bien el qué pero no pinta bien. Uno de tus compañeros del cole te pregunta qué es un arlequín y ni siquiera tu lo sabes, pero tampoco te importa porque si es tu propia madre la que ha optado por arlequines frente a superhéroes ¿habrá alguna opción mejor?

Aún así, y aunque han pasado algunos días, te decides a preguntar: -Mamá, ¿qué es un arlequín?- Tu madre sonríe levemente y te contesta que es una especie de payaso. Si, una especie de payaso. Y tu piensas que si es una especie de payaso, entonces no es un superhéroe pero tampoco es un payaso... es como un superpayaso... un payaso con superfuerza, capa, somprero y látigo... Qué gran acierto! 

Al día siguiente llegas a clase mucho mas seguro de ti mismo, vas a ser la envidia de tus compañeros, lo dices una y otra vez, orgulloso de ti mismo: -Voy a disfrazarme de arlequín!-

Y.... pobre de tí... llega el dia de la verdad y ves esa ropa llena de rombos... por todas partes, rombos y mas rombos... no tienes claro si es parte del disfraz o era la hora de las películas del destape...
 
No hay marcha atrás, no te queda mas remedio que autoconvencerte de que eres un arlequín y que vas a ir vestido de rombos, sin capa, sin superpoderes, sin sombrero y sin látigo. Eso si, con rombos, muchos rombos. Parece que es tu propia madre la que va a salvarte camuflándote la cara con... mas rombos! eso si, que se te reconozca... que tu clase está deseando verte vestido de superpayaso con poderes. Y cuando llegas a clase la acogida es mejor de lo que crees, básicamente porque has impuesto una moda y todos tus compañeros han insistido en disfrazarse de lo mismo que tu.

Y bueno, esta experiencia, como todas, te sirve para aprender a tener decidido con anterioridad el disfraz del año siguiente y es cuando aún no te has quitado el disfraz de arlequín cuando le dices a tu madre que quieres disfrazarte de principe, principe de cuento, claro, lo especificas bien para que no haya problema y no te encuentres con una sorpresa.

Mi caso, pensándolo despues de casi 30 años no estuvo mal. Ahí estaba yo, disfrazado de principe... principe de Arabia... con turbante, y una espada ¿curva?... y yo pensando: -Esto es un principe inventado. Una espada curva no puede salvar a una princesa. El dragón se va a partir la caja en mi cara cuando me vea aparecer. Yo quiero un florete! Un florete corta brazos y piernas, claramente!- ... ¿por qué no harían la película de "el guerrero número 13" en 1987?

Cada uno se disfraza de lo que quiere.
Supongo que esa es la causa de que cuando llegue el momento de disfrazarse (que hoy en día no es que tenga una fecha establecida y cualquier excusa es buena para hacerlo) encontremos disfraces muy currados... o algo así...


lunes, 24 de marzo de 2014

Bucles

Presentando la situación:

Estaba tras el mostrador y noté como por encima del campo visual que ocultaba aparecía la cabeza del cliente. Podría haber percibido del tipo de cliente que se me acercaba pero quise otorgar el beneficio de la duda para despues experimentar lo que se veía venir. Entablamos un breve pero intenso diálogo... ¿breve? para nada, podría no haber tenido fin de no ser por saber elegir las palabras adecuadas.

Según Yo:

-Perdona, ¿tenéis discos para grabar?- Parecía una pregunta fácil con una respuesta similar.
-Si, en frente, en ese mismo pasillo, tiene DVDs y CDs en tarrinas de varias unidades o en cajas unitarias.-
-Ya los he visto, pero no encuentro de la marca Sony. ¿No tenéis?- Desde luego sabía lo que quería, pero no podía ofrecérselo.
-No, solo disponemos de la marda TDK.- Y aquí se abría la veda, nada llega a estar tan claro como parece. Comenzó un dialogo al viejo estilo del cliente bucle.
-¿Y Sony? ¿no tenéis?-
-No, solo tenemos de la marca TDK.-
-¿Y Sony no?-
-No, no lo trabajamos.-
-¿Y en el almacén no tenéis?-
-No, solo tenemos lo que ve en el pasillo.-
-Pero ahí no hay Sony ¿no tenéis?-
... aquí se metió por medio un compañero para aclarar la situación: -No tenemos, no lo trabajamos, no nos lo distribuyen.- La respuesta inmediata es la mejor respuesta que podía dar un cliente bucle y que, por supuesto, era otra pregunta: -¿Por qué?-

Según Tarantino:

Despues de preguntar por segunda vez por la marca Sony desprecinté un CD de su embalaje lanzándolo al aire y justo cuando pasaba a la altura de la parte visual del cliente, lo que viene siendo el cuello, lo agarré describiendo una trayectoria horizontal y cortando su gaznate. Una linea de sangre salpicó mi propia cara con el mismo dibujo que había realizado en su yugular, convirtiendome así en el partícular "american psycho" del cubículo en el que trabajo, incluso saboreaba la sangre al gotear por mi boca invitándome a recogerla con mi lengua.
El destino quedaba en manos del propio cliente... que ironía, esas mismas manos que intentaron evitar que su fluido vital siguiera emergiendo sin control y que solo consiguieron que su voz perdiera fuerza. 
Entre una tos de asfixia y ahogamiento su cuerpo fue cediendo ante la lucha por sobrevivir y cayendo lentamente al suelo mientras pronunciaba su última palabra casi sin fuerzas y con una excasa pero nítida pronunciación de sus cuerdas vocales rasgadas: -S...o...n...y...-

sábado, 8 de marzo de 2014

Modelos de consumo

La experiencia laboral te da ventajas a la hora de buscar un trabajo. Eso es indudable, pero ¿qué ocurre cuando no lo estás buscando por tener la suerte de tenerlo?

Mi primera experiencia laboral fue en una heladería y mi jefe se empeñaba en volverme loco y no tenerme un solo segundo quieto. Y es cierto que siempre hay algo que hacer, ya sea en el trabajo como en casa. Este grado de actividad me sirvió para poder salir adelante en los momentos de mayor tensión, porque esa heladería se convertía en algo así como la película "cocktail"... cambiando las tias buenas por abueletes deshidratados. Y aquí es donde entra en lugar el poder de la experiencia, cuando el típico cliente indeciso no sabía que sabor vendría mejor a su paladar y allí estaba yo esperando una respuesta que no existía. Mi jefe se acercó y me dijo: -Vainilla o chocolate, sin mas, pon eso-   Me quedé pensando en lo seguro que estaba el de lo que el cliente quería sin haberlo visto pero aún así me hizo un gesto de asentimiento. Le hice caso ¿cómo no hacerlo si es una orden de un jefe?. La respuesta del anciano fue de completa satisfacción, es mas, me dijo que era el mejor helado que se había comido en mucho tiempo.

Despues de ese momento me di cuenta de que el cliente puede saber lo que quiere y puede tener siempre la razón pero puedes hacer que se lleve lo que tu quieres (a cambio de que no se lleve nada también).

Pero digamos que hay una serie de antagonistas del vendedor que no tienen logica a la que atender, no hay un método de evasión posible o no dan opción a escucha sensata. Para estos mismos la via de escape mas sensata es la de vincularla a otra persona, aunque siempre se puede usar la simulación de evento, es decir, hacer como que te llaman por teléfono mientras te llevas un paquete de pañuelos a la oreja.

martes, 28 de enero de 2014

Next DeGen

Soy jugador, jugador de videojuegos. Llevo jugando desde que tenía 8 años y los tiempos cambian... no mucho, sino muchísimo.

Empezando por un Altered Beast, si, porque yo fui uno de esos afortunados que no empezó en los 8 bits, sino en los 16. De hecho al tener mi primera consola (Mega Drive) llegué a pensar que la poténcia era insuficiente y que la potencia de una NES podría con ella. 

Hoy en día todo es muy diferente, hay quien no entiende el concepto de lo retro, las 2D o todo lo que no tenga polígonos. Podemos tener una conexión de fibra óptica de 50mbits y nuestros juegos actuales completamente doblados al castellano pero hemos perdido completamente la esencia.

Y es bien sencillo, cuando has empezado desde cero y has caido en los errores de comprar (y jugar) algo que no esperabas aprendes y mucho. Antes eso de probar una demo y no decidirte no era posible, aunque ahora tengamos esas betas que se alejan bastante de la realidad pero, en definitiva, hasta los juegos completos actuales son betas que nos cuelan como completos para despues parchear con actualizaciones que incluso no llegan a solucionarlo todo.

Tener una mayor pantalla ayuda, tener mejor conexión también, incluso tener un buen mando... pero... ¿que ha sido de los jugadores de verdad? Entrenar los dedos en modo normal es mejor que echarle la culpa al imput-lag.