viernes, 26 de noviembre de 2010

Autobuseros

Una las diferencias que mas me han llamado la atención entre norte y sur ha sido la forma de cojer los autobuses.

Recuerdo que cuando era pequeño esperaba en la parada de autobuses con mi abuela e incluso se le hacía una señal al conductor (a partir de ahora "autobusero") para que realizara la parada pertinente, mas que nada para asegurar la parada del vehículo indicando la intención de hacer uso del vehículo. Con el tiempo me fui dando cuenta de que el hecho de que un autobús parara era algo mas insólito de lo que parecía y que por alguna razón de puntualidad o de partirse la caja mientras te cerraban la puerta en la cara la forma de cojer el autobús se fundamentaba en estar en la parada determinada antes de que llegara el vehículo. En mas de una ocasión fui testigo de un cierre de puertas precipitado unido a su correspondiente huida dejando atrás a la persona. Incluso llegué a sufrirlo en mis propias carnes, tener el autobús a 5 metros de distancia y al llegar casi a poner los pies dentro del mismo tener que quitarlos por no arriesgarme a perder una de mis extremidades, quedándome con una sensación de enfado/descojone que justificaba mentalmente con la excusa de la puntualidad y los horarios.

Con todo esto se aprende, claramente, que el resto del mundo no tiene por que ajustarse a tus horarios y que es uno mismo el que tiene que ajustarse al horario del resto del mundo. Es mas, la prisa del autobusero es tal que incluso te dan el cambio en movimiento. No pueden programar el GPS, pero pueden buscar monedas en un pequeño recoveco mientras circulan.

A partir de estas experiencias pensé que en el resto del país el comportamiento de los autobuseros sería la misma, pero me equivocaba y pude confirmarlo cuando visité Barcelona y me dí cuenta de la similitud de comportamiento con mi experiencia de niñez. Las paradas estaban situadas a una distancia prudencial en cada calle para facilitar el acceso a los usuarios que mas lo necesitan, es decir, personas de media/avanzada edad con dificultades para desplazarse por la ciudad.

Pero sigo destacando la paciencia de los autobuseros de la zona, que esperaban al usuario que se encontraba a pocos metros de la puerta hasta que este mismo llegaba, es mas, incluso llegué a presenciar como daban el cambio sin ponerse en marcha aún.

En otros aspectos pude observar desde mi puesto de trabajo un corpotamiento curioso en Burgos con respecto al termino "cojer el autobús". Si en las zonas en las que había vivido podía haver visto gente corriendo detrás del autobús con la intención de alcanzarlo en la parada mas próxima, en Burgos pude ver como había quien corría delante de los autobuses hacia la parada mas próxima con la misma intención. La primera vez que lo ví no pude evitar pensar en los encierros de San Fermín pero con el tiempo me di cuenta de que era la mejor forma de evitar pasar frío en la parada, evitar que un charco de agua te duchara y (¿por que no?) entrar en calor haciendo algo de deporte.

Por cierto, la primera vez que oí la palabra "autobusero" fue en Burgos (yo siempre lo había llamado "conductor" o "chófer", pero al parecer allí no se les llama así).

lunes, 11 de octubre de 2010

Revolviendo

Finalmente todo salió "correctamente" y se firmó como se debía. Ese mismo día realicé los trámites pertinentes, por llamarlo de alguna forma porque en realidad solo me inscribí como demandante de empleo y es que con un contrato a media jornada y un sueldo medio (añadiendo factores "sin importancia" como el hecho de cobrar el dia 15/20 del mes) mi prestación por desempleo se convertía en lo justo para comprar un paquete de pipas.

A partir de ese momento había que estudiar la situación: Estabamos a principios del mes de julio, mis ingresos a cuenta se acababan de terminar hasta nuevo aviso, la ciudad de Burgos se quedaba vacía de humanidad y me quedaba solo en casa durante todo el mes.

Lo que podía ser un sueño para Macaulay Culkin, para mi era algo así como una desesperación conjunta de tiempo sobrante y pocas cosas que hacer. La típica situación en la que tus padres te decían eso de: -pues ponte a estudiar y así aprovechas el tiempo-

Una serie de eventos aparecieron delante mía en forma de kdds moteras y posibilidades de viaje a donde me apeteciera, pero los ánimos monetarios no eran todo lo propicios que uno desearía. A partir de una kdd relacionada con la "Vuelta a España de la Bandera del ClubYBR125" empezaron a mejorar las cosas.

El primer acontecimiento fue la venta de mi buena compañera de rutas hasta hace poco mas de 6 meses, el cambio de manos de mi YBR125 a otra persona que, sin dudas, estará disfrutándola tanto como yo. Suponía una pérdida sentimental pero una ganancia monetaria que me ayudó a decidirme repentinamente y escapar hacia el sur, sin avisar, montando las alforjas y "huyendo". Una ruta calmada de dos días evitando autovías infernales y disfrutando de maravillosas vistas, un calor increible y 900 km de rodadura. Sin embargo, el mejor momento fue el de la llegada a casa y el momento de ver la cara de mis padres, que desconocían el hecho de mi escapada.

Despues de una semana en mi ciudad de origen volví a las cálidas tierras burgalesas y me puse manos a la obra en sentido laboral. Actualicé mi curriculum y pasé por los sitios de siempre (todos los posibles) para aumentar las posibilidades. Y parece ser que alguien mueve los hilos y decidió que ya me tocaba. Despues de 2 meses surgió de la nada un trabajo como vendedor de telefonía... o promotor, como lo llaman en algunos lugares. En principio era un trabajo restringido a una serie de tareas durante 3 semanas, pero no se quién estará sobornando a quién para que continúe trabajando. Finalmente he terminado trabajando como indefinido en la sección de electrodomésticos de una conocida empresa. Desde luego no me puedo quejar, durará lo que tenga que durar y bienvenido es. Ya era hora!

viernes, 25 de junio de 2010

Laboralmente

Me he llevado 4 meses recordándole a mi jefe (por llamarle de alguna forma) que tenía que mirar/calcular/pagar el dinero que me debía de unos dias de enero.

Se sabe que los empresarios son personas ocupadas y que, al parecer, no disponen del tiempo que cualquier ser inferior dispone, pero ¿tan difícil era que consultara la cantidad? supongo que también influye el hecho de que la gestoría que lleva estos asuntos sea de su propiedad.

Después de unos cuantos fines de semana envenenado en casa recordando que la respuesta a cada vez que le comentaba el asunto era algo así como: -si, ya, vale.- decidí ponerme serio. Lo primero que me dijeron los cercanos a mi fue que no perdiera los papeles, que no cayera bajo, que me comportara con educación, etc. Y así fue, me preparé el domingo por la tarde mis anotaciones, tickets de caja pendientes, algún albarán, nóminas anteriores, finiquito anterior y contrato. A la mañana siguiente madrugué un poco mas de la cuenta, metí todo en una carpeta con el logo de la susodicha gestoría y me planté allí media hora antes del momento en que solía comenzar mi jornada laboral.

Llegué y comprobé que estaba reunido con alguien, así que esperé con calma, apaciguandome un poco mas si era posible para ser lo mas preciso posible en mis palabras.

Despues de 20 minutos conseguí entrar en el despacho. En cuanto vió la carpeta pareció comprender que era lo que ocurría y me dijo: -¿es por lo de enero?- Mi respuesta fue clara: -Por lo de enero y por lo demás.-

En primer lugar cayeron las compras que yo mismo tenía que haber realizado y pagado (por supuesto) para la empresa y que temía que no se me desembolsaran. Esto no tuvo mayor problema... pero la cosa no quedaba ahí. En cuanto saqué los papeles e indiqué las fechas se me mostró una cara de desacuerdo acompañada de frases como: -Creí que ya te lo había pagado, no puede ser, me da igual, no quiero saberlo, ¿cuanto tengo que pagarte?-

Mi respuesta de nuevo fue calmada. Me dediqué a recordarle dos cosas: 1º si la deuda hubiera estado zanjada no me habría dedicado a recordarla una vez a la semana durante 4 meses. 2º no soy yo el que tiene que calcular la cantidad.

A la hora de calcular dicha cantidad cogió su calculadora, hizo como el que hacía cuentas y despues llamó a una de las chicas que trabajaba en la gestoría para que calculara el importe total del periodo correspondiente. Cuando leyó el resultado su cara era un poema y no me extrañaba, entre otras cosas, porque era el doble del importe que esperaba recibir yo mismo.

Pero hubo ansias de venganza y, mientras firmaba el pagaré correspondiente, me dijo evitando mi mirada y torciendo su cabeza hacia la pantalla de su ordenador: -Tu contrato termina el próximo dia 30. Te iba a renovar, pero vistas las formas...-

Era el momento ideal para exigir mas, para acusarlo de todo lo que no había cumplido durante el periodo de trabajo, de dejar bien claro todo.... pero preferí decirle que me parecía bien.

El continuó tentando a la suerte y me comentó la posibilidad de anular el contrato de trabajo y que yo no fuera a trabajar al día siguiente... pero creo que no se había dado cuenta de que yo sabía lo que eso conllevaba. Le recordé que mi contrato terminaba el dia 30 y, por lo tanto, hasta el día 30 acudiría a trabajar.

A falta de menos de 1 semana para la finalización, parece ser que duermo mejor que antes y mi tiempo libre me ha dado oportunidad de estudiar todas las posibilidades para el día del finiquito.

La cuestión es ¿me llevaré alguna sorpresa o se la llevará el?

domingo, 17 de enero de 2010

Actualizando

Pasa el tiempo y la evolución continúa. El proceso conlleva una serie de cambios, algunos favorables y otros mejor ni nombrarlos... porque para eso están los blogs también.

Despues de un par de intentos conseguí hacerme con el preciado carné A antes de que me pillara la reforma y tuviera que gastar el doble de dinero/tiempo en llegar a mi proposito. El final no fue tan duro y el gasto tampoco fue tanto como temía pero no puedo evitar poner mala cara cada vez que paso por una autoescuela y veo el cartel "anticrisis" anunciando matrículas gratis y "packs de prácticas" de los que yo no pude aprovechar en su momento.

Una vez aprovado solo quedaba esperar por mi documento plastificado. Hace 9 años, cuando decidí sacarme el B para aprovecharme del Renault 5 Five de mi madre y a su vez ser chofer de algún amiguete sin carné (o de todos, según se mire), el hecho de recibir el carné se basaba en pasarte en un par de dias o una semana por la autoescuela que te presentaba y recibirlo en mano para firmarlo en el acto. Los tiempos cambian y ahora te lo mandan por correo a casa, algo bastante cómodo si no fuera porque Correos no funciona todo lo bien que a uno le gustaría. Y eso, unido a que la dirección que figura en mi DNI se encuentra a unos 800 km de mi hubicación actual me hacen armarme de paciencia.

Aún así esperé 2 meses para pasarme por tráfico y preguntar por los trámites y me confirmaron que el carné había sido enviado bien lejos, incluso a otra dirección anterior. La cuestión es que, hace unos 5 años perdí literalmente la mañana en cambiar la dirección de mi carné de conducir y lo que recibí fue un papel sellado en el que, supuestamente, se certificaba que había estado allí para cambiar la dirección. Ese día ya me fui a casa con la sensación de que ese papel no serviría para nada y es ahora cuando se me confirman las sospechas. En conclusión tuve que pasarme por la dirección antigua y recoger mi documento, que había sido enviado por correo ordinario, es decir, que cualquiera podría haber tenido un documento identificativo con mi cara.

A la vuelta con mi carné pasé por tráfico de nuevo, ya en mi ciudad residente actual, dispuesto a perder la mañana de nuevo y esperando cualquier imprevisto. Para mi sorpresa el cambio de domicilio se realizó sobre la marcha, introduciendo un par de datos y sin hacer cola. Al menos algo ha cambiado.