El tiempo, imparable, plateará nuestras sienes y hará de nuestros recuerdos cenizas y humo. Como decía Ismael Serrano en su canción, es algo con lo que tenemos que contar y que nos hará recordar momentos del pasado cuando veamos algo que nos lo recuerde. Pero, no todos esos momentos nos harán tener un buen recuerdo y, posiblemente, tengamos referencias en nuestras mentes que nos hagan querer olvidar algunos.
Actualmente, está de moda eso de recordarte por aquello que dijiste o hiciste tiempo atrás. Para bien de algunos puedes ser casi un héroe, pero para otros puedes ser todo un ejemplo a evitar. Las redes sociales están llenas de citas sobre lo que un personaje de sociedad dijo o hizo años atrás. Nadie está a salvo de un cambio de pensamiento y eso, unido a la desinteresada información que ni siquiera nos preocupamos en buscar, convierten una simple frase (que, en ocasiones, no está completa) pueda ser razón de tacharte de lo que no pretendes ser.
Cuando veo citas, frases, videos y demás material audiovisual de hace unos años me pregunto ¿cuánto hemos cambiado en realidad? El dilema que se me plantea reposa en dos pilares: por una parte lo que soy ahora y por otra parte lo que era. ¿Somos, en realidad, los mismos de siempre? ¿Nos hemos convertido en lo que queríamos?
Podemos estar contentos (o no) con lo que somos, pero el tiempo seguirá pasando, imparable, y dentro de unos años volveremos a pasar por lo mismo.
Mi madre dice que "el que dice lo que no debe, escucha lo que no quiere" . Así que será mejor que actuemos de la forma que consideremos correcta y seamos, sobre todo, consecuentes con nuestros actos. Y si cambio de parecer, opino lo contrario o dije algo que no era lo que debía: dicho queda, intentaré hacerlo mejor a partir de ahora.
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